La primera vez que llegué tarde a clase
Cuando era niño, era un estudiante ejemplar, sacaba buenas notas, ayudaba a otros estudiantes y a los profesores, hacía todos los deberes y siempre asistía a las clases. Era un favorito de nuestra profesora de matemáticas.
Una vez ella tenía su cumpleaños, y decidimos regalarle algo. Yo fui el que organicé todo: discutí las ideas del regalo con mis compañeros, recolecté el dinero, fui a unos grandes almacenes para comprarlo. Mi buen amigo fue tan amable que decidió acompañarme.
Pero cuando llegamos al supermercado, descubrimos que nos faltaba el dinero para comprar lo qué elegimos, una manta. Tuvimos que pedir el dinero a los demás, a los clientes de la tienda, y al final recogimos dinero suficiente.
Después descubrimos que ya no teníamos tiempo para volver a la escuela.
Llegamos a la escuela más tarde y regalamos la manta a nuestra profesora. Ella estaba muy feliz y no nos regañó por venir tarde a la clase.
Esa fue la primera vez cuando yo llegué tarde a clase y pedí el dinero en una tienda.
Aleksandr Potapov
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