Diario de una Infeliz (II)
Para distraer un poco mi mente pedí prestada una revista
y me dispuse a leerla. Es una revista dedicada a la mujer. Empecé por la
sección de cocina. SOPA DE CHAMPIGNON, TORTILLAS DE SETAS.
¿Para quién se escribe esto? ¿Es que los que redactan
estas secciones de cocina, no saben que aquí en Cuba lo que abunda es la yuca,
el boniato y los plátanos? ¿Por qué no se escriben recetas con productos
cubanos?
¿No comprenden que estas revistas van a parar a las
clases más humildes de la población? ¿Es que los pobres no podemos
alimentarnos bien? ¿Por qué para alimentarse hay que recurrir a una serie de
laterías que nadie sabe de qué rayos están hechas?
Como también, por casualidad, leí un día en un periódico
de las grandes cualidades de la guayaba por su abundancia de vitamina B.
No he visto en ningún recetario de esos la receta para
hacer un buen dulce de guayaba. Menos mal que la tradición o la intuición nos enseñan
a hacer y comer el criollo dulce de guayaba que quizá nos ayuda a compensar la
falta de vitaminas de otros alimentos que los pobres tenemos que comer en
abundancia, por necesidad.
Dejo la cocina y paso a las modas.
“PARIS LANZA SUS
ABRIGOS DE PRIMAVERA” Cualquiera se pone en esta época en Cuba un abrigo aunque
sea de Peterpán. ¡Con los calores que se están desatando en estos días! O yo no
entiendo de finezas, o es que los cubanos no sabemos lo que somos, ni conocemos
el país en que vivimos, o estamos todos de cabeza. Una revista para la mujer
cubana y "SOPA DE CHAMPIGNON, SETAS y ABRIGOS DE PRIMAVERA”
Bueno, yo soy una pobre guajira. ¿Cómo voy a entender de
esas cosas?
Leí la novela que la susodicha revista trae. Es una
maravilla de estupidez. Lo peor de esto es que estas basuras las delicias de
nuestras jovencitas. Lo que las hace ver la vida y el amor de una forma tan ideal, que debe ser muy doloroso
cuando la realidad de la vida llegue hasta ellas.
En estas noveluchas siempre se relatan las peripecias que
pasan un hombre y una mujer hasta llegar a alcanzar el amor y la felicidad más
grande que los mundos jamás vieron.
Siempre los personajes son bellos y ricos. A veces la muchacha
es pobre. La cenicienta y el príncipe. A veces la cenicienta recibe una
herencia inesperada. Después del dinero, llega el amor. Muchas de estas
noveluchas se desarrollan en España. El pobre amante emigra a las Américas y
regresa al cabo de pocos años con barco cargado de oro.
Y nosotros tantos años viviendo en América y al menos,
yo, el único oro que he poseído en mi vida es el par de aretes que heredé de mi
abuela.
Hay tanta belleza en la vida real. Si yo supiera
escribir, contarla tantas bellas historias de amor que he visto
a mi alrededor. Contaría la historia de aquel dependiente
de una tiendecita del barrio, que todos los domingos le llevaba a su novia en
vez de dulces, un pequeño objeto para el futuro hogar.
Este domingo una cuchara, el siguiente un tenedor, y así
semana tras semana, mes tras mes. Y para comprarlos él dejaba de fumar y hacía
a pie el largo camino desde su casa al trabajo.
O contaría la historia de aquel zapaterito que se casó
tan pobre, que ella le ayudaba a coser los zapatos, y mientras ella cosía, él
clavaba y cantaba para entretener o dormir al niño.
Quizá estas historias no fueran tan interesantes para
nuestras jovencitas, pero les enseñarían la vida con más claridad que estas
NOVELAS que publican la mayor parte de las revistas dedicadas a la MUJER Y EL HOGAR.
Carmen Lovelle
Комментарии
Отправить комментарий