Una historia de película.
Cuando era pequeña no sabía pronunciar la letra «R». Esto no me molestaba hasta el momento cuando ocurrió una historia. Tenía cinco años. Una vez oí que mi papá dijo a mi mamá que mi abuela había caído enferma. Al día siguiente decidí visitar a la abuela. No sabía la dirección, solo sabía el nombre de la estación de metro, donde vivía mi abuela. Y también sabía como ir del metro hasta su casa. Pero antes nunca había ido en el metro sola, sin mis padres. Después de pasar algunas paradas hice el transbordo a otra línea del metro. Pero no sabía leer y no podía comprender el esquema del metro, que colgaba en la pared del coche. El conductor declaraba las estaciones, pero todos ellas me parecían desconocidas. Me di cuenta de que me perdí. Salí del metro. Alrededor todo era desconocido: las calles, las casas. No sabía que hacer y eché a llorar. Alrededor de mí se reunió mucha gente. Me preguntaron por qué lloraba. Les expliqué que iba a casa de mi abuela y me perdí. Una mujer me preguntó donde vivía mi abuela.«Cerca de la estación de metro “Kievskaya” - le dije. Quería decir "Kirovskaya", pero no sabía pronunciar “R”. “Pero la estación "Kievskaya" está lejos de aquí. Voy a acompañarte hasta allá» me dijo la mujer. Pero comencé a llorar más fuerte y ha repetí que mi abuela vive en la estación “Kievskaya" no “Kievskaya”. Nadie me comprendía. Sólo un hombre adivinó que yo no podía decir "Kirovskaya". Nos se acercó el miliciano y le explicaron lo que había pasado. Él me llevó a la estación "Kirovskaya" Y al salir del metro enseguida reconocí la casa de mi abuela. Muchos años después vi una película en que había la misma situación. Un médico logopeda, que no sabía pronunciar la letra «R» trataba de explicar donde está su policlínica. En ese momento me recordé de lo que me había pasado.
Natalia.
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