Una historia muy curiosa.


Cuando estudiaba en la escuela, iba a nadar a la piscina con mi amiga. Después del entrenamiento nos secábamos el pelo, nos vestíamos y bajábamos a donde estaban nuestras mamás, que nos esperaban en el hall común.
Una vez, decidimos hacernos unos peinados a la moda una a otra. Teníamos unos cepillos  iguales redondos, y decidimos rizarnos el flequillo. Cinco minutos más tarde nosotras comprendimos que no podíamos quitarnos los cepillos   del flequillo una a otra. Como no salíamos del guardarropa, nuestras mamás decidieron que algo nos pasaba.
La mamá de mi amiga irrumpió en el guardarropa y vio a dos niñas quienes  parecían unicornios. Luego nos sacaron al hall común.
Mi mamá decidió cortar primero el cepillo, para quitarlo del pelo. Mi amiga comenzó a sollozar, porque su mamá cortaba su cepillo, luego mi mamá cortó mi flequillo. Después  de este caso no usé durante mucho tiempo los cepillos redondos.



Mariya Goryacheva.

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