Un verano en mi casa de campo.
Cuando yo era pequeña cada verano yo descansaba en nuestra casa de campo.
Lo más interesante que eran mis amigas, muchas vacas y uno o dos caballos. Cada año los caballos cambiaban. ¡Me gustaban todos! Me encantaba montar a caballo.
Una vez una yegua dio la luz un potrillo. ¡El era precioso! Era muy bueno, muy divertido y muy travieso. Cada día yo le daba de comer. Le daba pan con sal, esto era lo que mas le gustaba.
Lo adoraba, y él me adoraba. Nosotros juntos paseábamos, juntos dormíamos en la hierba.
Un vez el se fue conmigo muy lejos. Su madre (la yegua) estaba muy nerviosa.
Había una vez un caso muy desagradable.
Mi tía llegó para descansar. Cuando vio que yo jugaba con el potrillo, se asustó y me preguntó:
¿Eso es no peligroso?
En este momento iba cerca un pastor, que se llamaba Nikolay. Nikolay era un hombre bastante viejo. Muy pronto debía jubilarse.
Nikolay respondió a la tía que no era peligroso. Y para demostrarlo se acercó al potrillo y lo acarició.
El potrillo se asustó, saltó y golpeó a Nikolay. Después de ese caso bastante pronto Nikolay murió.
Como quien dice: la vida te da sorpresas. Sorpresas te da la vida.
Polyakova Tatiana
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