Diario de una Infeliz (la vida se estrecha)
Septiembre l de 1952.
Mi querido diario, hace tres meses que te tenía olvidado,
oculto en lo más profundo del viejo baúl. Pena me daría que alguien te
encontrara y te leyera. Pero es que estos meses de calor han sido agotadores
para mí.
Todo el día al calor del fogón o de la plancha, me tiene
por la noche sin deseos de hablar. El día que plancho, me da una cosa en los
ojos que tengo que permanecer con ellos cerrados, me recomiendan que vea a un
médico, pero no tengo dinero para el médico, ni para las medicinas, y ¿si me
dice que no planche más? ¿cómo voy a seguir sus consejos?
Se acaba la zafra y no he podido resolver nada con el
otro nene que se aproxima. El último cobro que hicimos de la zafra se fue
íntegro en el sarampión, que se le complicó a la nena.
Mandé a Pepito a pasar las vacaciones en casa de tía
Manuela, estamos en la recogida de café y se pueden ganar algunos pesos para
prepararse para las clases que empiezan pronto. Me extraña que no me lo hayan
traído todavía.
¿Le habrá pasado
algo?
A veces me da vergüenza sentirme tan pesimista, pero es
que se le estrecha tanto la vida a uno que ya siempre estamos pensando en la
desgracia y en lo peor...
Carmen Lovelle Guerrero
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