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Сообщения за июнь, 2012

El hermanito Ivancito

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            Maya Kucherskaya, escritora rusa contemporánea. Traduccón de Ana Ovcharenko.   A una pintora le gustaba arte popular ruso. Ella viajaba en un coche “UAZ”, a propósito, con sus restauradores conocidos por   pueblos   abandonados, entraba en unas izbas semidestruidas, sub í a a unos desv a nes   ¡para encontrar muchas cosas! Una rueca rota, un panero colorado trenzado, un puchero de hierro fundido, una hoz oxidada, una manta rota de retrazos. Después la pintora restauraba todo, lo limpiaba, lo cos í a. Una vez le agradó un aparador de madera: ten í a   rozaduras, era vetusto, pero del XIX siglo, tallado a mano. Otra vez, una mesa para comer sin tallado, pero resistente. Los amigos   restauradores se compadec í an de la pintora, entend í an que si ella no salvaba por lo menos algo, todas estas cosas desaparec er ían, por eso sumisamente cargaban sus hallazgos en   el “UAZ” y los llevaban a la “Dacha” de la pintora, a su casita de campo. Paso a paso   esta casita se con

Historia de una campana.

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Soy una campana. Nací en la capital de Chequia - Praga. Es una ciudad maravillosa. Soy un producto de artesanía.Y la chica que me diseñaba me decoró con las mejores vistas de Praga. Me han hecho como un regalo y recuerdo. Me colgaron en la pared dentro de una tienda. En aquel momento me sentía tan guapa y simpática que estaba segura que todo el mundo tenía ganas de comprarme. Pero me equivoqué. Pasaba el tiempo, y yo seguía colgando en aquella misma pared mientras a mis vecinos: imanes, postales con vistas de la ciudad,  cuadros, etc., que tambien eran muy simpáticos y, evidentemente, más queridos por los turistas, eran comprados y llevados y traían consigo. Aquel año me pareció como una eternidad. Un año muy largo y triste. Estuve ya a punto de desanimarme. Pero en un día invernal, lo recuerdo perfectamente, porque era un día muy frío y nadie entraba en la tienda. Casi nadie... Yo no me fijé  cómo en la tienda entró una chica. La dependienta me cogió para mostrarme a ella.

El último adiós.

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La chica fue otra vez a la casa abandonada. Pero ¿qué pasaba? En las escaleras estaba un hombre. Su corazón dio un brinco, le daba mucho miedo, pero ella no se detuvo. El hombre se volvió hacia la chica y ella le reconoció de inmediato. Ella sentía ganas de gritar, de abrazar al hombre, de decirle todo lo que ella quería pero tenía miedo de escribir. La chica se acercó y   pronunció: -          Hola. -          Hola. -          Por fin nos encontramos.- Sin decir nada, ello se abrazaron   en silencio. -          ¿Cuánto tiempo llevas aquí?- preguntó la chica. -          Tenemos menos que una hora- respondió el. -          Poco….. Es que muy pronto me marcharé. Mi padre ya está aquí. Voy a casarme.   Pero   no siento nada en el alma, allí solo hay un desierto. –Ella empezó a llorar. -          Es tu vida. Es necesario para ti. - Secando las lagrimas de la chica contestó el. -          ¿Necesario para mí? Pero ¿por qué? -          Por que no podemos seguir juntos

El amor a los caballos

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De pequeña cada verano iba de vacaciones con mis padres a   países cálidos. Un verano fuimos a Túnez por dos semanas.   El tiempo estaba maravilloso. El sol brillaba y no hacía viento. Estábamos muy contentos con nuestra decisión de ir a ese país. Como no podíamos pasar todo el tiempo en la playa descansando, un día decidimos a ir a una excursión al desierto. Esa excursión empezó con un paseo en   camellos y caballos y terminó con una cena en un pueblo pequeño que había en ese desierto. La experiencia de comida de pueblo africana fue inolvidable pero lo que me gustó más fue la primera parte de la excursión. En mi infancia siempre adoraba los caballos, pero desde ese momento no podría vivir sin ellos. Cuando volvimos a nuestro hotel descubrí que había   paseos a caballo por la tarde a lo largo de la playa. Pos supuesto empecé a pedir a mis padres que me compraran un billete para esos paseos y al final ellos aceptaron. Estaba en el séptimo cielo. A partir de ese momento cada día

Cuiden los nervios de sus mascotas.

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Era tarde. Una familia de tres personas: el papá, la mamá y su   hijo de cuatro años estaban en la sala, cada uno se ocupaba de sus quehaceres. Su gato viejo dormitaba descuidadamente en medio del nuevo sofá blanco de piel. Para empezar es necesario subrayar que el “jefe de la familia” tenía la costumbre de estornudar fuertemente, muy fuertemente ... Esa tarde   parecía sosegada, no era una excepción... Inesperadamente para todos y especialmente para el pobre gato viejecito,   el hombre estornudó tan fuerte, que se podía escucharlo   dos pisos más abajo y más arriba... Aquella tarde la familia supo que   eran   propietarios felices de un gato que vuela, que era capaz de trasladarse con la velocidad del sonido... Pero quien más sufrió fue el nuevo sofá blanco que “recibió una herida” – algunos arañazos bastante profundos, y ahora está esperando ser arreglado por un especialista. Elena Mayboroda.

Historia desde mi niñez.

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Cuando yo era pequeño, soñaba muchísimo con tener un perro. Pedí muchas veces a mis padres que me lo compraran. Me daba un poco de envidia cuando yo encontraba en la calle a un chico/a con un perro. Y una vez, cuando estábamos en una primavera maravillosa unos amigos de mi madre le pidieron que cuidara a su perro,   porque querían visitar a sus parientes que vivían en otra ciudad. En el momento cuando mi mama me explicó eso, yo me puse muy feliz, yo estaba pensando “¡que guay va a ser el tiempo con este regalo inesperado!”. El perro era un gran faldero de color blanco. El primer día   yo por supuesto tenía que ir con él a pasear, me llamó mi amigo a pasear, pero yo le dije que   primero estaba obligado a dar un paseo con el perro. Lleno de orgullo y felicidad por ”mi” mascota nueva yo decidí   conducirle al estadio, pero en el momento en cuanto estábamos a punto de entrar en el allí yo vi un anuncio, que nunca no había visto antes. Estaba escrito que no se podía pasear por e

Una historia sobre el fútbol.

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Hace 10 años, cuando fui a España por primera vez con mi amigo mejor, sabia 10 ó 15 palabras españolas, por ejemplo "amigo", "hola", "siesta", "fiesta", y algunas otras que sabe todo el mundo, y nada más. Nosotros fuimos a Valencia, donde en ese momento se celebraba La Copa Naranja - copa de fútbol donde participaron muchos equipos de toda Europa. Como era nuestra primera vez en España, decidimos ir al estadio a ver el partido de futbol entre Valencia y Olimpiaco. Cuando llegamos al estadio que se llama Mestalla (es el estadio de Valencia CF), vimos que había mucha gente y decidimos pasar a nuestra gradería por túnel grande que estaba cerca de la entrada. Pasábamos por este túnel, y de repente vimos a un hombre, que nos pregunto: "¿Qué hacéis aquí?".  Al fin y al acabo resultó que nos encontramos a Pablo Aymar que era mi jugador de fútbol favorito en todo el mundo. Estábamos felices por que cogimos el autógrafo de Pablo y hablam

¡Sésamo, ábrete!

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Hace unos años, cuando era estudiante, un día de invierno me apresuré a la universidad para ir al entrenamiento de atletismo. Nevaba mucho y las calles estaban resbaladizas. Tardaba e iba casi corriendo.  Cuando llegué al cercado de la universidad, saqué del bolsillo la tarjeta de estudiante para no detenerme en las puertas buscándola. Empecé a subir la escalera junto a la entrada de la universidad, tropecé con un pie en el primer escalón y sentí que estaba a punto de caer. Pero las piernas me llevaron más rápido, y   corriendo  pasé la escalera para   no caerme. Después de un momento tropecé con el otro pie en el escalón último y me caí, y mi mochila, donde llevaba la ropa y zapatos deportivos, me  cayó encima de la cabeza. Pero, como la velocidad no era baja (¡estaba corriendo!),   no simplemente caí, pero me comencé a deslizar por el suelo en dirección a las puertas de la universidad. Grité la frase mágica: “¡Sésamo, ábrete!”, y las puertas automáticas de la universidad s

El cielo de la salvación.

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El cielo me atraía  desde que era niña . Generalmente creo que es magnético para todos los niños sin excepción. Cada vez que paseábamos en la guardería y oíamos el sonido del  helicópero, todos alzábamos los ojos y clavábamos  las miradas en esa cosa hasta que desaparecía de la vista. Ver esa máquina tan grande volar parecía algo mágico. Creía fácilmente en cualquier cosa magica sobre sus posibilidades.   Actualmente estoy trabajando en una oficina que está cerca de un hospital. Desde la ventana puedo ver un patio   donde hay una plataforma de helicópteros, justo en el centro. Una vez, cuando ocurrieros los dos atentados famosos  en el metro de Moscú, los helicópteros del equipo de emergencia aterrizaban en el patio frecuentemente,  llevando muchos malheridos, cuyas vidas dependían de la rapidez de la asistencia médica. De repente, en aquel momento entendí que esa máquinas eran mágicas de verdad; salvaban vidas humanas.   Svetlana Kuzmina.

En el tren

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Mi amiga Rina tenía un novio muy guapo, inteligente y atento. Se llamaba Felix y era estudiante, además trabajaba un poco para ser independiente de sus padres. Sus historia de amor era muy   interesante. Una vez mi amiga perdió el tren y debía esperar dos horas para ir a Moscú. Tenía muy mal estado de ánimo. Rina no sospechaba que la persona que estaba sentada cerca de ella sería el amor de toda su vida, y continuaba leyendo su libro. Mi amiga no creía en el amor y por eso no buscaba posibilidades de tener citas con muchos jóvenes y perder el tiempo a tales tonterias. Cuando el tren se acercaba a Moscú el chico decidió presentarse a Rina. Es que ella leía un libro en inglés, y él escribió unas palabras   en inglés en un papel pequeñito para ella. Él dio el papelito a Rita y ella leyó las siguientes palabras “No estés triste, yo siempre estaré contigo”.   Rina no   podía decir nada. Y después se puso como un tomate. Ellos bajaron del tren y aquel momento Rina entendió q

Pequeño pescador.

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De niña, yo era una chica bastante introvertida, pero muy activa. Como no iba a la guardería, no tenía muchos amigos. Por eso, tenía buena fantasía e inventaba  juegos para mi misma. Era septiembre, otoño temprano en Moscú. Yo tenía 4 ó 5 años. Un día de   fin de semana fuimos a pasear por el parque con mi padre. Debo decir que a mi padre le gusta leer mucho y pasaba todo su tiempo libre con un libro en las manos. Pues andamos por el parque y decidimos parar al lado del estanque. Mi papa se sentó debajo de un árbol y abrió su libro. Yo decidí  jugar con el agua. Imaginé que era un pescador y empecé a "pescar" con una ramita. Un proceso era muy cautivador, tuve muy buen "botín". Como el libro de mi papa también era muy interesante, solo me hizo caso cuando me caí al estanque. No recuerdo si tuve miedo o no, pero recuerdo la cara y las manos de mi papá, que vi a través del agua, sacándome. De lo que estoy segura es de que tenía frío, porque el parque no estaba ce

Fondo "BIM", protección de animales.

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Esra es la presentación de una alumna. Me pareció muy interesante y por eso la cuelgo aquí. Todos los interesados pueden ver más información en el sitio de la organización: http://moscowbim.ru/ Nuestro Fondo se llama «El Fondo benéfico de defensa de los animales «BIM».   El fue fundado el ano 1986 por su presidente – Taraskina Daria Sergueevna, la cual ha consagrado toda su vida a la obra de protección de los animales callejeros contra del trato cruel.       Al cabo de de poco tiempo de licenciarse en matemática y física en la Universidad Lomonosov de Moscú ella fue a Estados Unidos para hacer la práctica y adquirir experiencia de mantenimiento de asilos para los animales.   Pero a pesar de todo lo visto allí, Daria Sergueevna dirigió su primer refugio para perros y gatos de otra manera. Todos los animales quienes habían sido llevados al asilo viven hasta su muerte natural en buenas condiciones, con   atención veterinaria, al contrario de la manera de mantenimiento de los an

«Maslennitsa» amplia – El carnaval ruso

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Un olor espeso y grasoso se difunde desde la cocina. Hiere los ojos y los huéspedes reunidos los cierran   y pestañean.          ----¡Traen crepes! ¡Traen crepes! Traen, pero ¿os alcanzarán a vosotros?   Vuestro vecino ha cogido los dos últimos, y   necesitáis esperar otros “calientitos”.          Pero, cuando traigan los “calientitos”, resultará que la mayoría ya se habrá comido la porción primera, --- y la criada empezará a servir   de nuevo.          Esta vez   recibes un crepe rechazado por todos, con un lado desgarrado y con un agujero en el centro.           Lo coges con un aspecto típico de huérfano y empiezas a buscar con la vista la mantequilla.          La mantequilla siempre está a otro lado de la mesa. Esto es un caso triste, hay que tenerlo en cuenta. Pero no es costumbre ir de visita con su propia mantequilla, es necesario resignarse a la suerte y masticar el crepe solo.          Cuando te lo comas, puede ser que la suerte te sonría y te pasen la mantequ