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Сообщения за февраль, 2012

Recuerdos de un pececito

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Soy un pececito de oro y la reina del mar. Antes solo los peces machos podían ser reyes, pero soy hija única en la familia real y por eso la ley fue cambiada. Cuando era pequeña, hacía muchas travesuras. Mi padre – el rey del mar – me quería mucho, nunca me castigaba y siempre cumplía mis deseos. Tengo muchas varios recuerdos de mi infancia. Tengo una memoria muy buena. Estoy enfadada cada vez que oigo que la gente dice de alguien que nada puede recordar que tiene una memoria de pez. ¡Es falso! Los peces tienen memoria de elefante y no de pez. Os contaré una historia. Un día cuando daba como siempre una vuelta en el mar cerca de una costa me pescó un pescador. Afortunadamente era un anciano bondadoso. - Devuélveme al mar, - pedí al anciano, - y te daré todo que deseas. - Nada, - contestó, - no necesito nada. Y me devolvió al mar. Tuve muchas ganas de agradecer al anciano. Al otro día cuando me acerqué a la costa, ya estaba esperándome y llamándome a gritos. - ¿Necesitas algo, abuelo?

Un pez extraordinario.

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No soy una pescadora innata. Pero una vez pesqué un pez que era muy grande y extraordinario. El verano pasado estuve en el pueblo donde viven mis parientes. Mi primo y yo fuimos a pescar al estanque. La idea fue muy, muy mala. Mi primo estaba bastante borracho. No picaba nada. Rompimos todos los aparejos de pesca. Y al final de todo mi primo tomó la decisión de “hundirse”. Había resbalado y cayó al estanque. Y estuvo tumbado a flor de agua en la actitud de un cangrejo de mar. Me vi    obligada a saltar en su ayuda  sin quitarme la ropa. ¡ Qué sorpresa! Yo pesqué mi primer pez. Cuando estábamos volviendo a nuestra casa yo llevaba todos los bártulos: aparejos de pesca, sillas plegables y a mi primo que estaba cayendose constantemente. Elena Koklenkova

El dibujo animado que obtuvo el Oscar este año. ¡Genial!

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¡ÉL VÍDEO QUE EL GOBIERNO COLOMBIANO NO QUIERE QUE VEAMOS!

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Tres pescadores.

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Para mi la pesca es un pasatiempo incomprensible. Eso no me gusta nada y  me parece muy aburrido. Además me enfadan los mosquitos y tábanos. Normalmente hay  muchísimos cerca del estanque y pican todo lo vivo. Por eso no creo en los cuentos de los pescadores “sobre un pez muy grande”. Pero puedo contar una historia veraz sobre tres pescadores.             El verano pasado mi familia y yo vivíamos en el campo. En la casa vecina vivía un viejo agradable. En casa del viejo vivían dos gatos, eran muy grandes y muy gordos. Uno era negro, otro era rojo. Me gustan los gatos mucho. Puedo decir que tan grandes y gordos individuos se encuentran rara vez. Un  tiempo después supe el secreto de su aspecto. Por que sus gatos eran tan grandes….             Cerca del campo había un bosque y un prado, detrás de prado había un estanque. Me encantaba andar al estanque por la mañana. Casi cada día paseaba sola o con mi hijo menor, Cada vez veíamos a nuestro vecino. El iba al estanque y detrás de él iban

Paparazzi casual.

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A mí me encanta viajar. A mí ver, Noruega es un país muy bonito que tiene una naturaleza estupenda. Estuve en Noruega muchas veces. Durante e un viaje ocurrió un caso extraodinario. Mis compañeros de viaje y yo independientemente nos fuimos al Glaciar Briksdail. Por el camino al glaciar había muchos cercados y signos de prohibición. Pero todos turistas ignoraron estos signos de prohibición. A diferencia de todos yo no fui a la zona prohibida. Estuve sentada en una piedra grande y me deleité del paisaje maravilloso. Y los turistas caminaron y caminaron, adentrándose en la zona peligrosa…. Pensé: “¿Por qué estoy aquí? ¿Soy  peor que ellos?” Y caminé también hacia alla. Mientras tanto los turistas rusos sinvergüenzas tomaron la decisión de “tomar esa cúspide”. Cuando se encontraban “en el corazón” del glaciar en un arranque de locura comenzaron a arrancar pedazos del mismo. Y la naturaleza no resistió la presión. ¡Comenzó una avalancha! L os turistas que vieron este lío, se asustaron
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Cuando era pequeña y estudiaba en la escuela en octavo grado conmigo pasó una historia muy divertida. Mis dos mejores amigas y yo decidimos ausentarnos de la lección de química por primera vez. Antes  de la lección no tuvimos tiempo para salir fuera de nuestras aulas con nuestra ropa. Nosotras tuvimos miedo de salir de las aulas y nos encontramos con nuestra maestra de química, por eso seguimos sentadas en el aula. Cuando nosotras oímos el sonido de pasos en el pasillo, nos metimos dentro del armario de ropa. En el aula entraron  la maestra con una alumna y comenzaron a estudiar. Así estuvimos toda la lección .Cuando sonó el timbre nos caímos fuera del armario con risas, y asustamos  mucho a la maestra y a su alumna, que no sabían nada sobre nuestra presencia. Era necesario ver sus caras en ese momento… Teslenko Yulia

La tía Julia.

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Cuando era pequeña, como todos los niños, fui a jardín infantil que estaba situado cerca de mi casa. Mis padres trabajaban bastante lejos de jardín y por eso siempre me recogían después de las 6 de la tarde. Unas veces la educadora hasta me dejó con elguardía del jardín. Un día frío, cuando tenía 4 o 5 años, mi educadora y yo estabamos muy sorprendidas cuando una mujer fue a sacarme más temprano que normalmente. Por supuesto, no pudo confiarme en los manos ajenas, y se negó. Pero en este momento yo recordé y  reconocí quien era y grité: "¡Tía Julia, tía Julia, como me alegro de verla!" Era una  amiga alemána  muy buena de nuestra familia, que no había visto durante unos dos años. Después volvimos a casa temprano y toda la tarde estuve comiendo los regalos dulces de Alemania. ¡Fue uno de los mejores días de mi infancia! Gracias a tía Julia. Natalia Gorbach 

Una historia divertida.

Ese caso divertido me ocurrió cuando tenía alrededor de trece o catorce años. En aquel tiempo practicaba deportes y me entrenaba en una escuela de natación. Una vez partí  a un campeonato en otra ciudad. Y he aquí que participé en una  prueba de natación  y hice la salida. La distancia era de doscientos metros. Nadé  felizmente solo ciento sesenta y cinco metros porque después de la vuelta última que se llamaba "el salto" yo perdí  mi bañador. Seguro que terminé  la distancia y mi compañero me esperaba ya al lado  de la  salida con una toalla. Kumanyaev Mikhail

El regalo secreto.

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Cuando estudiaba en tercer grado del colegio, en invierno de repente me enamoré de una chica que se llamaba Rita. Rita se sentaba en el aula  cerca de m í . Era callada, diligente, tenía el pelo rubio largo y la cara bonita. Tuve muchas ganas de decirle de mis sentimientos pero era muy tímido y temeroso. No supe que palabras usar. Tampoco estaba seguro de que  le gustaba. Por eso sufría en un mar en dudas... En Moldova, donde vivía en aquel tiempo, hay una fiesta hermosa. El primero de marzo toda la gente celebra el comienzo de la primavera y regalan unos a otros  “mărçişor” (se pronuncia como [mercisor]) – dos flores pequeñas de colores blanco y rojo que se fijan a la ropa como una insignia y se llevan todo el día. Me pareció que regalarle un  mărçişor será la mejor manera de declararle  mi amor. Todo el primero de marzo estuve esperando la ocasión para darle el regalo. Pero ella siempre estuvo rodeada de sus amigas y ninguna vez se quedó sola. Al final decidí  poner el  mă

Je suis, tu es, il est.

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Токарева Виктория Traducción de Margarita Nikolaeva  Ana esperaba en casa a su hijo adulto. Ya eran las dos de la noche pasadas. Ana daba vueltas a todas las variantes posibles en sus pensamientos. Lo primero: su hijo, en una residencia estudiantal, con una rubia teñida, que tiene el Sida. El virus ya está metiéndose en un capilar suyo. Un momento más — y el sida está en el sisema sanguíneo. Se está bañando a su gusto, descansando. Y ahora su hijo esrá muriendo de inmunodeficiencia. Primero se enflaquecerá, se volverá transparante y se derretirá como una vela. Y ella lo va a enterrar disimulando la cuasa de su muerte. ¡Dios mío! Más vale que él se hubiese casada aquel tiempo. ¿Por qué, por qué lo habría disuadido hace dos años? Pero cómo se podía sin disuadir, era una chavala de Mariupol, seis años mayor que él. Y eso no era todo. Tiene un hijo, pero no lo tiene al mismo tiempo. Lo había entregado al gobierno antes de que cumpliera tres años. Lo dejó con gente ajena, y huyó a Moscú

Historia sobre infancia de Arsen.

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Yo crecí en una familia numerosa, mi abuelo tenía diez nietos, yo era el último y favorito, por eso conmigo pasaba mucho tiempo. Cada vez que venía a visitarme, siempre traia un regalo para mí : un juguete, un globo, una pastilla de chocolate, caramelos ( yo era muy goloso). Un día él dejó un regalo en el bolsillo de la chaqueta y me pidió que mirara lo que me trajo. Cuando metí la mano en su bolsillo, fui mordido por alguien. Yo estaba asustado y llorando. Se trataba de un hamster. Más tarde me enamoré de él. Se llamamaba  "Toto". Арсен Хачатурян

Un recuerdo de mi infancia.

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Yo nací el 2 de enero, por eso mis amigos de la escuela a menudo olvidaban  felicitarme  el día de mi cumpleaños. Pero mis padres siempre iventaban algunas cosas divertidas. Me recuerdo especialmente del día cuando  cumplí 7 años. Muy de mañana fui al dormitorio de mis padres a recibir mis regalos. Mi padre dijo que los regalos estaban en el dormitorio y yo tuve que buscarlos. Mi madre dijo que compraron un regalo por cada año de mi vida. Yo encontré 3 o 4 en el primer minuto. ¡Pero los demás estaban muy bien escondidos y no podía encontrarlos! Durante dos horas nosotros estuvimos jugando  a "Caliente-frio". Al final estuve muy feliz, porque obtuve los vaqueros  que  soñé. Marina Kushnareva

Mi juguete preferido.

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Cuando era pequeña no me gustaba jugar con muñecas, porque pensaba que ellas eran aburridas. Me gustaba jugar con peluches y otros juguetes en forma de animales. Yo tenía un juguete favorito, era una gata de plástico, se llamaba Beliana o Blanca, si traducimos su nombre ruso al espanol. Mi abuela me la regaló en mi cumpleanos. Un día mi tía, mi prima, que tenía algunos años más que yo, y yo fuimos a la playa. En aquella época nosotros vivíamos en Vladivostok, una ciudad en el Oceano Pacífico. Nuestra casa estaba situada bastante lejos del mar, y para ir a la playa teníamos que tomar un   autobús. Nosotros lo pasamos bien en la playa, y por la tarde fuimos a la parada del autobús. Había mucha gente allí y dentro el autobús estaba muy lleno , así que era imposible moverse. Para cuidar mi juguete favorito, mi tia lo puso en su bolsa y no me lo dio hasta que no llegamos a casa. Cuando mi tía y mi prima estaban saliendo de nuesto apartamento, yo me acordé de mi gatita y les pregunte d

El color azul.

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El verano pasado yo con mi hijo pequeño descansamos en sur de Espa ña al lado de Marbella. A vernos a nosotros llegó mi amiga Marina. Marina es entrenadora de crecimiento personal, ella es muy creativa  у insistente. Marina quería visitar el mirador de la montaña La Concha al amanecer. El camino ocupa 3 horas y media, la mayor parte era necesario ir del hotel montañoso hasta el mirador a pie. No queríamos buscar el hotel montañoso por la noche, decidimos salir por la mañana. Llegamos al hotel « El Refugio de Juanar» a las 11.00 de la mañana y estábamos mirando el mapa de las rutas. Algunas rutas salían del hotel. Casi todos iban a un lado (rojo, verde, amarillo y azul oscuro) , y solo una ruta al contrario llevaba al otro lado (azul claro). Para ir por esa última ruta era necesario tener una preparación especial. Al mirador de La Concha llevaba la ruta azul oscuro. Preguntamos     al personal del hotel dónde está el comienzo de la ruta azul claro y fuimos. Yo no sabía que en es

Una historia de amor.

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Mi prima Olga tenía un novio muy guapo, inteligente y talentoso. Se llamaba Iván y era músico, él tocaba la trompeta. Hace 10 años la historia de amor entre ellos terminó. Una vez mi prima me llamó porque tenía un problema con la instalación del agua. Y yo le di a ella el número de teléfono de mi fontanero. Dos días antes mi prima había encontrado a su primer amor, Ivan, en el teatro.  Ellos hablaron hasta la noche. Yo no sabía nada sobre esta situación y llamé a mi prima para preguntarle sobre el fontanero. Este fue nuestro dialogo: Yo: ¿Qué tal, Olya? Olga: ¡Bien! ¿Y tú? Yo: Bien. ¿Te gustó el fontanero? (en ruso “fontanero” se dice igual que “trompetista” en los chistes...) Olga: No sé…Estoy pensando en él todos los días. Es muy guapo. Yo: ¿Sí? Qué extraño… Olga: Hablamos sobre nuestras familias, niños, amigos etc. Yo: ¿Tú discutiste con él sobre tu familia? Olga: ¡Por supuesto! Él es muy inteligente, me contó muchos chistes sobre los músicos y teatros…

El abecedario.

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Cuando yo ten ía cinco años, mi padre decidió enseñarme  inglés. Por eso me compró un cuaderno de inglés para niños pequeños. Me gustaba leerlo, porque tenía muchos dibujos de pintura y además las palabras inglesas sonaban divertido para mí. Después de unos meses de estudios aprendí algunas cosas y mi padre estaba muy orgulloso de mí.   Un año después tuvo lugar un examen médico con un pediatra. Primero, la doctora me pidió recitar un alfabeto. Había que ver sus ojos, cuando  yo empecé con el alfabeto inglés : “A, B, C, D, E…” . Me dijo con una sonrisa que estaba bien, y a mi madre, que yo era una niña muy lista y desarollada. Pero lo más cómico de esta situación fue  que yo no me sabía el alfabeto ruso hasta el segundo grado del colegio. Stemikovskaya Kristina

¡Qué recuerdos!

Cada año yo y mi prima veraneábamos en casa de nuestros abuelos en un pueblo. Me acuerdo especialmente una historia de mi infancia cuando yo tenía ocho años y mi prima tenía siete años. Eramos muy traviesas, dinámicas y divertidísimos.  Nuestro abuelo era riguroso, pero nuestra abuela cerraba los ojos ante nuestras travesuras. Cerca de la casa de abuelos estaba la huerta de cerezos. Nos gustaba jugar alli. Preferíamos disfrazarnos. Llevabámos la ropa vieja de la juventud de nuestras madres y íbamos a la huerta. Por supuesto, qué todos esos acciónes hacíamos cuando el abuelo no estaba en casa. Una vez cuando abuelo se fue de casa, nosotras disfrazamos como gitanas y nos maquillamos. Quero llamar la atención que entre los productos cosmeticos nuestra abuela tenía sólo polvos muy muy blancos y pintalabios muy rojo. Nos maquillamos y con esas caras raras fuimos a la huerta. Aquel día el abuelo regresó muy pronto y nosotras volvimos y no tuvimos tiempo para li